“Adolf Hitler estaba hecho de la pasta de la que están hechas las leyendas”, escribió un joven John Fitzgerald Kennedy fascinado por las dictaduras europeas en tiempos de la Segunda Guerra.
Se trata de apuntes sobre su viaje a Europa que Kennedy tomó en su diario, y que formarán parte de un libro de próxima edición en Alemania: “John Kennedy. Entre los alemanes. Diarios y cartas 1937-45)“, de Oliver Lubrich.
En esos escritos, el entonces joven JFK expresa su entusiasmo por los alemanes, así como por la Alemania de Hitler, como se lee hoy en el Frankfurte Allgemeine Zeitung.
El autor reconoce un “efecto desconcertante” en los escritos de Kennedy, para quien el futuro presidente de Estados Unidos no tenía sin embargo admiración por el dictador nazi.
“No creo que admirara a Hitler y sobre todo su política. Lo que se encuentra es lo que Susan Sontag describió como la ‘fascinación del fascismo’. Kennedy lo que trata es de entender esa fascinación, que Hitler evidentemente seguía emanando”, afirma el autor.
Esos pasajes publicados hoy sacan a la luz frases controvertidas de un veinteañero JFK lleno de emociones políticas, que vivía en el viejo continente, además de la búsqueda de respuestas sobre lo acaecido. Como una anotación del 3 de agosto de 1937, fechada como Milán-Piacenza, que parece aprobar los regimenes de Benito Mussolini y Adolf Hitler:
“Dormí mucho y con un Tour de American-Express llegué a Milán. Bella catedral, una de las más grandes del mundo. Leo Gunther y llegué a la conclusión de que el fascismo es la cosa más justa para Alemania e Italia, el comunismo para Rusia y la democracia para los Estados Unidos de América”.
En Munich, el 18 de agosto, se vuelve un “gran fanático de Hitler”: “No existe duda que estos dictadores en sus países, gracias a sus eficaces propagandas, son más amados que afuera”.
“Querido Lem -escribe luego desde Londres el 17 de julio de 1939-, mi viaje fue extraordinario. La única posibilidad de experimentar sobre lo que ocurrirá es viajar por todos estos países. Todavía no pienso en el hecho de que habrá guerra a causa de la oposición de Italia y de una serie de otras cosas. Entre el 20 de agosto y el 8 de septiembre la situación se volverá crítica y la gente espera una guerra”.
En un pasaje del 1 de agosto de 1945, Kennedy describe a Alemania destruida por el conflicto que sentía en el aire seis años antes: “Todo está destruido (…). No existe un edificio que no esté incendiado. En algunas calles el olor de los cadáveres es terrible”.
Ese mismo día, se refiere al Führer: “La ilimitada ambición por su país lo volvió una amenaza para la paz en el mundo, sin embargo tuvo algo misterioso en su modo de vivir y en su modo de morir, que lo sobrevivirá y crecerá. Tenía la pasta de la que están hechas las leyendas”.
Fuente: La Tercera
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